El pasado 24 de noviembre tuvimos el VI Taller Matrimonial. Y, sin embargo, parecía el primero. ¿Por qué? Porque estrenábamos lugar. En septiembre empezó a rodar el Centro de Pastoral Familiar de la Vicaría IV en la calle Antonio Folgueras y, en estas instalaciones, era nuestro primer taller.
Empezó el día con la Eucaristía. Preparar el corazón para ponernos al servicio es el arranque necesario para un encuentro que prometía grandes momentos. Sobre las diez de la mañana comenzamos con la acogida de las familias. Qué gran sensación ver que venían a nuestra casa: indicar el lugar de los niños, dejar la comida, presentarnos y ubicarnos donde enseguida dio comienzo Jaime Serrada. Desde el principio hizo el tema muy ameno, cercano, participativo. Los asistentes valoraron mucho esta forma de trabajar.
A media mañana paramos para tomar un café. ¡Qué gran momento también para conocernos mejor, intercambiar opiniones, comentar que son situaciones que vivimos en todas las familias, que mi caso no es especial…
Seguimos con la exposición de Jaime y llegamos a la comida. Otro gran momento: ahora los niños se incorporan con los mayores y , aunque en mesas diferentes por los espacios, compartimos la comida. Sin casi tiempo para descansar, iniciamos el trabajo de la tarde. Grupos de trabajo que se formaron para desarrollar preguntas y situaciones específicas que Jaime Serrada dejó y que enriquecieron el sentir y pensar de todos los presentes. Se hizo ameno aunque también se echó de menos la presencia del ponente.
Así concluyó nuestro primer taller en el Centro de Pastoral Familiar. Qué gran día en familia. Cerramos puertas y hasta el siguiente Taller. Momento de valoración y de acumular energía, ganas ¡y alegría para el próximo!
