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El CPF Hogar de la Misericordia abre sus puertas para acoger a un grupo de personas inmigrantes

CPF acoge inmigrantes

En los primeros meses de 2018, nuestro Cardenal D. Carlos Osoro hizo un llamamiento a toda la Iglesia de Madrid para buscar espacios que se ofreciesen a acoger a tantas y tantas personas que iban llegando a nuestra ciudad huyendo de la pobreza, el hambre, el conflicto, etc. y que no tenían ni donde dormir.

Ante este llamamiento, nuestro Vicario D. Juan Carlos Merino, no dudo en que el inminente nuevo Centro de Pastoral Familiar debía ser uno de aquellos lugares de acogida. Por ello, desde el inicio este Hogar de la Misericordia se puso en marcha para conseguir todo lo necesario para poder recibir a los inmigrantes y refugiados que lo necesitaran, y fue así, como fuimos recopilando de aquí y de allá los colchones, las sabanas, las almohadas, las mantas, las toallas, etc. necesarias. ¡Ya teníamos lo material listo y ahora quedaba encontrar los recursos humanos! Debo decir que esta búsqueda fue fácil pues enseguida hubo muchas personas que se ofrecieron para acompañar a los inmigrantes durante las noches y muchas las familias de las diferentes parroquias del Arciprestazgo de San Pablo que expresaron estar felices de poder preparar las cenas y desayunos de esos días.

Y así, pudimos ofrecer con ilusión nuestro Centro durante el mes de enero como hogar de acogida.

Todo estaba listo y nosotros preparados para, en caso de necesidad, poder recibir a aquellos inmigrantes que no lograsen conseguir sitio en alguno de los albergues de la ciudad. Así, cada noche, esperábamos a que hacia las 22 horas, el equipo de SERCADE nos llamase para decirnos cuantas personas habían quedado “en situación de calle” y por tanto, se vendrían aquí. Unas noches venían 3 personas, otras 9, alguna noche no hubo necesidad de recibir a ninguna persona en el centro… Cada día nos encontrábamos con rostros nuevos, pero tras cada uno de estos rostros siempre  descubríamos una historia de sufrimientos y de lucha. ¡Y siempre una mirada agradecida ante aquellos que con cariño y respeto le estaban esperando!

Tras esta bonita experiencia de acoger a los inmigrantes en nuestro Centro de Pastoral Familiar quisimos preguntar a las personas que colaboraron en la acogida por su experiencia, ¡y aquí os lo contamos!

 

1.- ¿Cómo surge el planteamiento y la decisión de acompañar a los inmigrantes en estos días en el CPF?

Rufino: «El planteamiento y la decisión de acompañar a los inmigrantes en el CPF se enmarca en el llamamiento que el Cardenal de Madrid realizó en el primer semestre del año pasado a la Iglesia de Madrid para crear espacios de Acogida con calidad y calidez a los inmigrantes y refugiados que se quedaban en situación de calle. A ese llamamiento han respondido las Parroquias de Ntra. Sra. de las Angustias y de Ntra. Sra. de Europa en la Vicaría V y las Parroquias de Ntra. Sra. de la Paz (ésta con carácter permanente), Santa Irene y San Ramón y los Centros de Pastoral de Santa María de Fontarron, San Carlos Borromeo y el Centro de Pastoral Familiar en la Vicaría IV».

Sonia: «Surge de la necesidad de demostrarles a las personas que forzosamente deben migrar por la situación de sus países, que no están solas, que estamos con ellas y nos preocupa mucho su futuro».

Alfredo: «La tierra es una y Dios nos dijo que la poblemos. Debemos dar nuestro testimonio de servicio a cualquier persona, porque ¿que méritos hemos hecho nosotros para nacer en un lugar y los migrantes que pecado han cometido  para nacer en un país o región pobre, en guerra, etc.? Todos somo iguales».

 

2.- ¿En qué ha consistido tu servicio?

Rufino: «El servicio realizado ha sido múltiple y diverso: por parte de la persona responsable del Centro y del Vicario de la Vicaría IV, atentos siempre a todos los detalles; por parte de las parroquias del Arciprestazgo, de sus sacerdotes y de las personas voluntarias que se han coordinado para preparar las cenas por turnos; por parte de Carmen y de Carlota, de SERCADE, que han estado pendientes en todo momento de acompañar a los inmigrantes y de comunicarnos cualquier incidencia; por parte de las personas acompañantes de noche que han velado su sueño como lo hace una madre; por parte de las personas del Equipo de Coordinación Operativa que bien en tareas de acogida, bien en la coordinación del servicio de acompañamiento nocturno o bien en la retaguardia han estado siempre ahí; y por parte de otras personas que seguramente han realizado también otro tipo de servicios;….. A todas estas personas y también al Vicario de Pastoral Social e Innovación que nos ha apoyado en todo momento: !!! MUCHAS GRACIAS!!!»

Sonia: «En estar con ellas, mostrarles nuestro profundo respeto, charlar de forma amigable, informar de recursos…»

Marina: «El acompañamiento ha consistido en compartir la cena y el desayuno así como dormir en el centro para que no se sientan solos y estar disponible por si hay alguna contingencia».

Carmen: «Acompañar, estar atenta a todo lo que pudieran necesitar».

 

3.- ¿Qué cualidades y dones hacen falta para realizar esta acción?

Marina: «Humildad, mirada sin prejuicios, madurez, soltura y extroversión».

Alfredo: «Compromiso, voluntad y responsabilidad. Crear empatía con lo demás».

Rufino: «Actitud acogedora, disponibilidad, generosidad, gratuidad, entrega, reconocimiento de Cristo en el prójimo inmigrante, capacidad para salir al encuentro de quien nos necesita y de apertura a dejarnos enriquecer por él,…..Cualidades y dones que no son de superhombres o de supermujeres, sino de personas abiertas al encuentro enriquecedor con los diferentes (¡y todos y todas somos diferentes!)».

Sonia: «Humanidad, empatía, amor incondicional».

Carmen: «Yo creo que el sentimiento de hermandad y el deseo de aportar el grano de arena que nos corresponde como hermanos, hijos del mismo Padre».

 

4.- ¿Qué te aportó esta experiencia?

Rufino: «La experiencia transmitida por muchas personas que han participado de diferentes formas en estos espacios de acogida es que han recibido más de lo que han dado. Han superado miedos, prejuicios….y se han encontrado con personas que les han enriquecido. En general, se ha cumplido en todas esas personas esa expresión repetida de que «hay más alegría en dar que en recibir».

Marina: «Me aporta perspectiva para mi propia vida, sentirme más cerca de Dios por estar con mis hermanos, conocer a otros voluntarios con las mismas sensibilidades y ser feliz».

 

5.- ¿Qué le diría a una persona para que se decidiera a colaborar en este tipo de acciones?

Rufino: «Le diría que esté abierta a la novedad de encontrarse con quienes son diferentes, que pregunte a quienes han tenido la experiencia de participar en estos espacios de acogida, que esté dispuesta a enriquecer y a dejarse enriquecer por los demás……Recibirá el ciento por uno».

Marina: «Que saliera de su zona de confort, que tenemos que ser Iglesia en salida y que merece la pena renunciar a algunas cosas por pasar una noche con ellos».

Sonia: «No lo dudes ni un minuto, ellas te darán más de lo que tú les puedas aportar. Están llenas de gratitud y educación. Se merecen que luchemos por sus vidas y su futuro».

Carmen: «Le diría que merece la pena, que  es gratificante, y que se recibe más que se da».

 

Mª Mercedes Esquinas, expresa así lo que fue para ella esta experiencia:
«Al contar mi experiencia en el acompañamiento de inmigrantes en situación de calle, desde el ECO (equipo coordinador), en el Centro de Pastoral Familiar “Hogar de la Misericordia” de la Vicaria, lo primero que constato, una vez más, es que: “Todo es gracia” y hay ocasiones en que esto se manifiesta con una fuerza especial, como la que he vivido. Por eso, sólo se me ocurre: AGRADECER.

Agradecer a Dios el haberme dado la oportunidad y el espacio para encontrarle en Jesús de Nazaret, que se identifica con los que sufren: “Tuve hambre.., sed.., fui forastero…” (cfr. Mt 25, 34-40); de participar en su misión: “Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres”; (Lc 4,18); “He venido para que todos tengan vida y la tengan abundante” (Jn 10, 10).

Agradecer a todas las personas con las que comparto esta tarea y a los que la han hecho posible y no han escatimado esfuerzos: los responsables del Centro, los voluntarios que han aportado lo necesario: cena, desayuno, lavado de ropa, etc., los que han acompañado las noches, los miembros del ECO…En ellas he visto reflejadas las actitudes de Jesús: la compasión, el amor, la ternura…, reconociendo la dignidad de las personas acogidas, tantas veces ignorada e, incluso, amenazada. Podría decir que ha sido una oportunidad de palpar que el Reino de Dios está en medio de nosotros, porque su Reino es Justicia y Amor. Y puede ser, también, un testimonio  en medio de esta ola de desconcierto que, para muchos, supone la llegada de inmigrantes a nuestro país. Por todo ello, ha sido, además, una experiencia gratificante en el aspecto humano, que merece la pena ser vivida».

 

Desde el CPF Hogar de la Misericordia solo podemos unirnos a esta acción de gracias de Mercedes y seguir encomendando en oración a cada una de las personas que pasaron por este hogar para que, Tú Señor Jesús, les cuides, fortalezcas y bendigas en el duro camino que les está tocando recorrer. Confiamos su bienestar físico, psíquico y espiritual a la protección maternal María sabiendo que, como madre que es, no les soltará de su mano.