El pasado 15 de diciembre nos reunimos en el CPF Familiar Hogar de la Misericordia los voluntarios que estamos prestando nuestra colaboración en el centro. Empezamos con el rezo de vísperas. Juntarnos para orar, para pedir al Señor que nos guie, ilumine y acompañe en nuestras diferentes actividades, nos hace ser conscientes de que en todo hay que poner al Señor si queremos no desfallecer en el intento.
Después compartimos merienda: chocolate, roscón, polvorones… alrededor de la mesa nos sentimos familia. Valoramos el primer trimestre del curso, aspectos a mejorar, aviso de actividades cercanas, organizaciones internas. Muchas actividades que toman como referencia nuestro Centro de Pastoral Familiar nos hace darnos cuenta de que, poco a poco, estamos siendo instrumento de acogida, servicio, formación para muchas personas y parroquias del barrio, esto no sólo nos llena de alegría y fuerza para seguir caminando sino que, además, nos tiene que servir para vivir con agradecimiento el formar parte de una obra tan bella.